Con el nuevo ReBeL Move, presentado en la Motek 2024, igus demuestra que la automatización de procesos de manipulación no tiene por qué ser cara ni complicada. Este robot móvil se desplaza de manera autónoma por las naves de la fábrica, transportando productos de un lugar a otro. También puede combinarse con el brazo robótico ReBeL, fabricado con plástico de alto rendimiento, por solo 38.288€. En apenas 1 hora cualquiera con conocimientos básicos de programación puede ponerlo en marcha sin complicaciones.
Tras la RCYL, una bicicleta fabricada a partir de un 50% de redes de pesca recicladas, igus marca el siguiente hito en movilidad sostenible: el primer cuadro de bicicleta inyectado con plástico reciclable. Décadas de experiencia en la producción de plásticos de alto rendimiento y la creación de la bicicleta RCYL, han permitido al fabricante alemán desarrollar tanto el cuadro como otros componentes de plástico de alto rendimiento para bicicletas.
Cada año, varios millones de toneladas de plástico acaban en los océanos. Alrededor de 1.600 ríos vierten la mayor parte al mar. Los residuos plásticos destruyen los ecosistemas marinos y contribuyen a la pérdida de biodiversidad. Para evitar que se extiendan incontroladamente por el agua y se conviertan en microplásticos, la start-up Plastic Fischer recoge residuos plásticos de ríos de la India e Indonesia con la ayuda de igus.
La fiabilidad de los cables de energía y datos puede contribuir al aumento de la eficiencia económica de los aerogeneradores. Con el módulo de rotación TRM de triflex®, igus lanza al mercado un nuevo sistema que permite guiar los cables protegidos dentro de cadenas portacables en aerogeneradores, con posibilidad de rotaciones de hasta 1.800°. Esta solución de tamaño compacto, que actualmente se encuentra en fase de estudio, puede suministrarse premontado y adaptarse a las necesidades concretas de cada aplicación.
La pandemia de COVID-19, la escasez de mano de obra, el incremento de los costes… múltiples factores están impulsando el aumento de la automatización en la industria alimentaria. Para evitar comprometer la higiene de los productos, la empresa igus, con sede Colonia, está desarrollando componentes de plástico técnico libres de lubricación para la tecnología alimentaria. Con su gama de productos para la automatización de procesos y la plataforma de robótica RBTX, la compañía alemana ofrece a las empresas más pequeñas la oportunidad de iniciarse en la automatización económica con el principio Plug and Play.
La cervecera de renombre mundial Chimay, conocida por su cerveza trapense, confía en los cojinetes de igus libres de lubricación para su planta embotelladora. La empresa decidió sustituir los rodamientos de bolas oxidados por cojinetes de inserción igubal®, lo que incrementó la eficiencia operativa y redujo la necesidad de mantenimiento.
¿Qué tienen en común el hilo dental, los esquís, una sartén y los cojinetes? Todos se basan en compuestos orgánicos fluorados, también conocidos como PFAS. La característica distintiva de estos materiales es su insensibilidad al agua, el calor y la suciedad, lo que contribuye a que los cojinetes sean resistentes al desgaste y puedan operar sin lubricación. Sin embargo, como estas sustancias químicas se descomponen muy lentamente, pueden ser perjudiciales para el medio ambiente. Por ello, igus está desarrollando materiales para cojinetes de fricción, como el nuevo iglidur JPF, que prescinde por completo de sustancias PFAS, como el PTFE.
El referente en plásticos técnicos para movimiento servirá desde Cataluña su stock al Sur de Europa. Junto con España se potenciarán los mercados de China, Italia, Japón, Polonia, Turquía y Taiwán. El proyecto tendrá un coste de 13 M de euros y podrá albergar a 240 empleados. El edificio será CO2 neutro y abrirá sus puertas a finales de 2025.
Para que la transición de la movilidad funcione y el uso de bicicletas poco a poco gane terreno frente al de los coches, las ciudades necesitan aumentar la cantidad de parkings para bicicletas sin que afecte demasiado al paisaje urbano. Para ello, el fabricante japonés Giken ha inventado un aparcamiento llamado Eco Cycle que almacena las bicicletas de forma completamente automática bajo tierra. Para garantizar su fiabilidad, los ingenieros han confiado en las cadenas portacables de igus, robustas y libres de mantenimiento.